La experimentación es una necesidad en esta industria. Si bien es cierto que mantener un estilo constante es importante, salir de la zona de confort da pie a que ciertas series se mantengan vigentes, y en dado caso de no hacer esto, se corre el riesgo de estancarse y perder el interés del público. Una de las propiedades que más ha sufrido esto es Metal Slug. Aunque las aventuras de Marco y compañía son recordadas con cariño, la realidad es que su popularidad sufrió una caída sustancial después de la tercera entrega, justamente cuando SNK dejó el desarrollo en las manos de equipos externos por sus problemas financieros a finales del siglo XX y principios del XXI. Aun así, el nombre de Metal Slug sigue teniendo un gran peso, y gracias al trabajo que ha hecho Arcade Archives en los últimos años, más y más jugadores han tenido la oportunidad de experimentar esta serie en plataformas modernas, lo cual ha revitalizado la popularidad de esta propiedad, dando pie a un nuevo juego.
Pese a que muchos quieren ver un nuevo Metal Slug con un gameplay de run and gun en forma, hace un par de años se reveló que la serie dejaría de lado este estilo para adentrarse al mundo de los RPG tácticos. Aunque por un tiempo no tuvimos mucha información sobre este proyecto, a mediados del 2024 resurgió Metal Slug Tactics, y un demo nos dio la oportunidad de probar de primera mano el trabajo de Leikir Studio, el cual es publicado por DotEmu. De esta forma, muchos esperan que este cambio sea más que suficiente para darle un nuevo aire a la serie, aunque aún hay escépticos que no consideran que esta nueva dirección sea digna para al que muchos consideran el rival número uno de Contra.
Después de mucho tiempo de espera, Metal Slug Tactics ya está aquí, y se posiciona como uno de los juegos más interesantes para cerrar el año. Al dejar de lado el run and gun se presenta un gran reto, puesto que adaptar la fórmula a un nuevo estilo de juego puede tener resultados desastrosos. ¿La apuesta de Metal Slug Tactics logra darle un aire fresco a la franquicia? ¿Cómo es que el estilo tradicional de la serie se traslada al RPG táctico? Descubre las respuestas a estas y más interrogantes en nuestra Atomix Review.
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Sencillo, para bien y para mal
Metal Slug nunca ha sido una serie conocida por su historia. Aunque a lo largo de los años hemos visto una evolución interesante, con alienígenas, empresarios hambrientos de poder y cultos religiosos sumándose a la contienda por el dominio del mundo, rara vez se nos presenta un hilo conductor que logre darle un enfoque claro a todos los eventos que han ocurrido a lo largo de las múltiples entregas, más allá de simplemente vencer al villano en turno para restaurar la paz. Esto es algo que funciona a la perfección con la naturaleza de la saga. Un run and gun no necesita de algo complicado para motivar al jugador a superar todos los retos que se le ponen enfrente. Si bien en los RPG tácticos usualmente vemos aventuras mucho más complejas, Metal Slug Tactics sigue la misma línea a la que estamos familiarizados, pero con un enfoque en las pequeñas interacciones entre los personajes.
Tras escapar de su prisión, el malvado General Donald Morden comienza un plan para dominar al mundo con la ayuda de sus facciones en Argun Palm Desert, un desierto con estructura del Medio Oriente, Herkanet Tombs, el exterior de unas piramides llenas de momias, y Soursop Jungle, una selva con tribus amazonicas. Para evitar que esto suceda, la Regular Army le solicita refuerzos al Peregrine Falcon, en donde Marco Rossi, Tarma Roving, Eri Kasamoto y Fiolina “Fio” Germi, asi como otros miembros que hemos visto a lo largo de los años, se dan a la tarea de detener al icónico villano de la serie y a sus secuaces en cuatro diferentes regiones. La historia es muy sencilla, y en ningún momento trata de complicar las cosas al introducir múltiples elementos innecesarios o integrar el vasto y confuso universo expandido de la serie de una forma torpe y aburrida, como Metal Slug Attack Reload lo hizo en su momento. En su lugar, el título le da un énfasis a la relación que hay entre cada miembro del equipo principal.
Metal Slug Tactics es un roguelike, en donde cada vez que terminas una partida, ya sea que obtengas la victoria o no, puedes experimentar diferentes conversaciones entre los miembros del Peregrine Falcon. Algunas de estas se desbloquean con tan solo seleccionar un equipo específico, mientras que otras pláticas requieren que lleves a cabo ciertas acciones, como vencer al jefe final o completar algún reto en una zona determinada. Las pequeñas viñetas son carismáticas, y nos da un vistazo a la vida de los protagonistas; a su pasado, relaciones entre ellos, vida fuera de la guerra, aspiraciones, y mucho más. Nada es necesario para entender el conflicto principal, y pocas pláticas tienen que ver con la aventura en turno, pero cada una te da la oportunidad de conocer de mejor forma al escuadrón, de una forma que no habíamos visto en el pasado.
Sin embargo, esta aproximación también puede causar que más de una persona ignore este apartado por completo. Al no ofrecer un incentivo narrativo, más allá de conocer al elenco, muchos jugadores pueden perder su interés rápidamente. A diferencia de algo como Hades, el cual cuenta con un grupo de personajes con un gran trasfondo y motivaciones complejas, Marco y su equipo son gente muy sencilla, que no presentan un cambio, evolución o algo que logre conectar con el jugador, más allá de la familiaridad que ya tenemos con ellos. Es un arma de doble filo que será positiva para algunos, pero una decepción para otros.
A la par, Metal Slug Tactics es tan sencillo como el primer Metal Slug. En lugar de presentarnos una aventura llena de alienígenas, cultos religiosos y empresarios hambrientos de poder, todo se reduce a la clásica guerra entre el bien y el mal. La falta de momentos bombásticos y facciones extravagantes hace que todo se siente demasiado simple para lo que es la serie hoy en día. Aunque aún existe la posibilidad de que futuros DLC expandan este apartado de una forma sustancial, en estos momentos la estructura roguelike, se siente como una limitante que obligó a los desarrolladores a crear una experiencia pequeña enfocada en la rejugabilidad, limitando la cantidad de elementos que podían incluir en su lanzamiento.
El enfoque de Metal Slug Tactics no es la historia, sino su gameplay. Aun así, es algo lamentable que este apartado se sienta demasiado sencillo en estos momentos. Pese a que las interacciones entre los personajes son carismáticas, dándonos la oportunidad de conocer al elenco principal de una forma orgánica, claramente había espacio para ofrecer algo más que solo el trabajo mínimo. De verdad espero que veamos DLC con más facciones y un conflicto mucho más extravagante, ya que en estos momentos la aventura es tan entretenida como el primer juego de la serie, y está lejos de los puntos altos que vimos en Metal Slug X, 3 y 5.
El talón de Aquiles
Metal Slug Tactics es un juego con múltiples diferencias en comparación con el resto de la serie, uno de los apartados más notorios es la presentación visual. Si bien aquí también vemos el uso de pixel art para darle forma a todos los niveles, su implementación es diferente a lo que SNK hizo en las arcades. Para comenzar, todo tiene un tono mucho más caricaturesco, con animaciones que nos muestran a los personajes moviendose hacia arriba y abajo de forma constante. De igual forma, podemos ver una serie de ilustraciones tipo anime que se usan para representar a los héroes a los que comandamos.
Cada una de las regiones que visitamos es deslumbrante. El viaje nos da la oportunidad de recorrer desiertos llenos de ruinas antiguas, calles de medio oriente, una selva llena de trampas, y una ciudad ocupada por el General Donald Morden, en donde es posible moverse entre los techos de los edificios y las alcantarillas que encontramos en cada esquina. Aunque puede haber una similitud muy marcada entre Argun Palm Desert y Herkanet Tombs, puesto que ambos se desarrollan en locaciones identicas, cada una cuenta con una serie de elementos únicos y detalles visuales que crean una diferencia que, pese a no ser tan notoria al principio, eventualmente podrás distinguir estos lugares de una forma sencilla.
En este punto resalta el uso del color para darle un toque único a cada región. Los verdes de la selva, combinados con los grises de ciertas estructuras, venden muy bien la idea de que estamos explorando una región olvidada por la historia, en donde los locales son extremadamente hostiles en contra de cualquiera que ponga un pie en su territorio. Por su parte, la ciudad ocupada por el General Donald Morden presenta tonos grisis, en donde las fábricas y los edificios aledaños proporcionan un sentimiento de infiltración al recorrer calles con coches en medio de la vía. Eventualmente, serás capaz de identificar muy bien en dónde te encuentras, porque no hay mucho espacio para la repetición, más allá de las primeras dos zonas.
Por su parte, la vista isométrica ayuda bastante a darle una identidad única a esta entrega en comparación con sus antecesores, así como de algunos de los exponentes clásicos del género. Incluso los menús se ven muy bien, inspirados en la forma en la que el ejército celebra sus victorias cada vez que subes de nivel u obtienes una habilidad adicional. Es un gran apartado al que puede tomar algo de tiempo adaptarse, pero, tarde o temprano, será difícil de olvidar. Al principio es probable que más de un purista esté en contra de la forma en la que Leikir Studio utiliza el pixel art, pero eventualmente es muy fácil apreciar la manera en la que lo clásico y lo moderno se fusionan.
Aquí destacan los diseños de los jefes. Si bien no son originales, puesto que cualquiera identificará de dónde vienen, el verlos desde la perspectiva isométrica es impresionante, ya que la escala es algo que se traslada muy bien, con bestias que bien podrían competir contra Godzilla. Cada una se mueve a lo largo del escenario, y siempre es divertido ver con qué otra cosa nos sorprende Metal Slug Tactics. Sin embargo, el juego no está libre de aspectos negativos.
Lamentablemente, mucho de lo que hace especial a este título se arruina por su desempeño. Considerando que estamos hablando de un RPG táctico, muchos podrían llegar a pensar que el juego no sufre de problemas de rendimiento o algo similar. Sin embargo, este no es el caso. Cada vez que se lleva a cabo una acción, sin importar qué tan simple sea, como mover a tu personaje a lo largo del escenario o usar su arma, el título necesita cargar. En el mejor de los casos esto solo durará unos cuantos segundos, pero hay momentos en donde pasan minutos antes de que esta entrega esté lista para funcionar de nuevo.
En esta ocasión jugué la versión de PlayStation 5, y pareciera que a Metal Slug Tactics le faltaron meses de desarrollo enfocados al control de calidad. La zona inicial, Argun Palm Desert, no sufre de estos problemas, y considerando que fue el mismo material que vimos durante el demo del verano, esto tiene sentido. Los inconvenientes surgen en las otras regiones. Si en algún momento se te ocurre presionar el botón para acelerar tus acciones y las de tus contrincantes, entonces prepárate para perder tu valioso tiempo viendo cómo es que al juego le pesa cargar un nuevo turno. Lo peor de todo, es que tuve ocasiones en donde esto ocasionó dos crashes completos.
Esto estropea la experiencia en general. Como roguelike, el juego está construido para ser disfrutado en sesiones de máximo una hora y media si deseas completar cada región y vencer al jefe final. Sin embargo, con todo el tiempo artificial que se le agrega el juego por estar esperando, una partida se puede extender hasta casi tres horas. Esto significa que casi la mitad de lo que pases junto a Metal Slug Tactics se te va a ir mirando una pantalla estática mientras todo carga y rezas para que el juego no tenga un crash que te haga perder tu progreso. Si bien existe la posibilidad de que un parche solucione esto, al menos durante su lanzamiento, este gran inconveniente hace que sea difícil recomendar la experiencia, incluso si el resto del título vale la pena.
Visualmente, Metal Slug Tactics se siente familiar y nuevo al mismo tiempo. Los sprites y el pixel art están a la par de lo visto en las entregas clásicas, aunque con un mayor énfasis en la expresividad, algo que se complementa muy bien con las nuevas ilustraciones tipo anime. La vista isométrica y la gran escala de los jefes hace que el mundo de la serie se logre apreciar de una forma diferente. Por su parte, la paleta de colores y los diseños le ofrecen una identidad única a cada región, incluso cuando dos de ellas son muy similares. Sin embargo, el rendimiento del juego es terrible en su lanzamiento, y los tiempos de carga que hay entre cada acción pueden hacer que más de una persona se arrepienta de gastar su dinero, lo cual es el mayor error que comete el juego.
Una buena adaptación
Similar a su presentación visual, la música de Metal Slug Tactics tiene las mismas bases que ya conocemos de la saga, aunque con una serie de variaciones que van acorde con el tipo de experiencia que se nos presenta en esta ocasión. En lugar de tener composiciones bombásticas, las cuales parecen sacadas de un disco de Megadeth por su ritmo elevado y constante uso de la guitarra eléctrica, algo que va de la mano con los run and gun; el RPG táctico es mucho más calmado, por lo que aquí se nos presenta un trabajo que ayuda al jugador a pensar cada uno de sus movimientos.
La música utiliza elementos de sintetizadores con un gran énfasis en la batería y los bajos. Durante las misiones normales, se puede escuchar un trabajo más calmado, el cual utiliza como base las composiciones de los juegos tradicionales, pero cambia instrumentos y los recontextualiza para funcionar en este nuevo gameplay. Sin embargo, una vez que nos enfrentamos a un jefe, las cosas cambian. Si bien aún no escuchamos algo que sea similar al trabajo clásico de SNK o Playmore, cada tonada es más compleja, con múltiples elementos funcionando unísonos, transmitiendo lo intimidante que son estos enormes enemigos, obligándote a mover constantemente por el mapa, en donde cada decisión te puede llevarte un paso más cerca a la victoria, o a tu perdición.
Junto a esto, la icónica voz que grita “MISSION START!” y el nombre de cualquiera de los personajes está de regreso, y funciona muy bien con esta experiencia. Lamentablemente, aunque el juego se pudo beneficiar de voces para cada una de las pequeñas interacciones, el título no cuenta con este elemento. Al final del día, Metal Slug Tactics toma de buena forma los elementos clásicos de la serie, y los logra adaptar a un formato mucho más lento y contemplativo, en lugar de la acción y adrenalina constante a la que estamos acostumbrados. Las mejores composiciones las encontramos en las batallas contra jefes, en donde cada canción te ayuda a pensar y al mismo tiempo transmite un sentimiento de urgencia. Es un gran apartado que tal vez no esté a la par de lo que escuchamos en Metal Slug 3, pero logra mantenerse con sus propios méritos.
Lo mejor de dos mundos
Trasladar el concepto de un run and gun a un RPG táctico suena como una tarea imposible de llevar a cabo. Por un lado, el estilo tradicional de la serie nos ha entregado experiencias en donde el jugador está en constante movimiento, eliminando cientos de enemigos utilizando diferentes armas, pero si una sola bala nos toca, la aventura se acaba. Del otro lado tenemos un género que nos pide tomarnos todo el tiempo del mundo para realizar un solo movimiento que, tal vez, sea suficiente para derrotar a un contrincante mientras buscamos refugio a lo largo del escenario. De esta forma, Metal Slug Tactics explora la manera de llegar a un punto medio en donde estas dos filosofías de diseño se logren encontrar y, para la sorpresa de muchos, logra su objetivo.
La estructura del juego es sencilla. Nuestro objetivo es derrotar al General Donald Morden, pero para eso hay que atravesar, como mínimo, dos de las cuatro regiones disponibles en estos momentos. Las primeras tres se pueden elegir en cualquier orden, pero la última siempre será la base del villano principal. Cada zona tiene múltiples misiones que puedes tomar dependiendo de la ruta que elijas, en donde hay objetivos sencillos, como derrotar cierta cantidad de enemigos, sobrevivir un tiempo determinado, o proteger algo de valor. Cada uno de estos niveles está construido para durar cinco minutos, aunque este tiempo se extiende sustancialmente con los tiempos de carga. De igual forma, este no es un juego procedural, y lo único que cambia con cada partida, es el órden de los retos.
Una vez que completamos tres misiones en una región, peleamos contra un jefe y avanzamos a la siguiente zona. Al superar cada escenario obtienes experiencia, y al subir de nivel cada personaje obtiene una nueva habilidad, ya sea pasiva o activa. Junto a esto, todos los mapas cuentan con un objetivo secundario que te proporciona un beneficio adicional, pero es más complicado de cumplir. Al ser un roguelike, cuando todo tu equipo muere, regresas al inicio, aunque con dinero que puedes usar para desbloquear más armas y perks que vas encontrando en cada sesión de juego. No es posible mejorar permanentemente la vida o algún otro elemento, y lo único que va creciendo es tu arsenal.
En primera instancia, Metal Slug Tactics es bastante sencillo. Es un RPG táctico en dónde un equipo de tres personajes tiene que superar misiones que parecen imposibles. Sin embargo, lo que hace muy divertido a este título es la forma en la que constantemente nos pide estar en movimiento y encontrar la manera de que todas las unidades colaboren para vencer un ejército que nos supera en número. Para hacer esto posible, cada miembro del Peregrine Falcon cuenta con un arma principal, la cual tiene munición infinita, una pistola especial que tiene un límite de uso, así como múltiples habilidades que requieren de adrenalina para usarse.
La adrenalina es el sistema principal de Metal Slug Tactics. A diferencia de un RPG táctico tradicional, en donde tienes que jugar con calma y encontrar un buen lugar para atacar y defender, obligando al jugador a quedarse quieto o avanzar lento, el trabajo de Leikir Studio nos pide estar en constante movimiento. Al cambiar de posición, escalar estructuras y brincar agujeros, cada unidad obtiene puntos de adrenalina con los cuales hace uso de habilidades destructivas que pueden cambiar el desenlace de un encuentro a tu favor. Marco, por ejemplo, es capaz de disparar dos veces seguidas con cualquier arma. Nadia Cassel, por su parte, construye robots que puedes controlar y causan daño en un área determinada. De igual forma, Ralf Jones tiene un golpe que si derrota a un enemigo le permite atacar de nuevo.
Junto a esto, cada unidad cuenta con un set de armas y habilidades que puedes cambiar en la base principal antes de comenzar una partida. Cada uno tiene cuatro opciones diferentes, cambiando de forma sustancial la forma en la que se juegan. Eri, por ejemplo, comienza con dos diferentes tipos de lanzagranadas, dándole un enfoque a los ataques en distintas elevaciones. Sin embargo, eventualmente es capaz de usar un cuchillo y una escopeta, con los cuales obliga al jugador a acercarse directamente a los enemigos para hacer la mayor cantidad de daño posible.
De igual forma, los perks de armas, así como las habilidades pasivas y activas que vas encontrando al completar misiones y subiendo de nivel pueden cambiar de forma sustancial la forma en la que juegas. Gracias a que la selección que encuentras es random, constantemente estarás modificando tu aproximación a cada encuentro. En una sesión a Eri se le puede dar un enfoque en atacar a distancia con múltiples bombas, mientras que en otra es capaz de crear señuelos que atraigan la atención de los enemigos. Hay una enorme variación, y conforme desbloqueas más opciones, más complejo se vuelve el juego, y es sumamente divertido experimentar con todo lo que tiene el título, incluso si eso significa crear equipo que no tienen una buena sinergia, obligándote a reiniciar una y otra vez hasta que encuentres tu estilo preferente. Por si fuera poco, también hay ítems especiales que te permiten recuperar vida, y hasta invocar al mítico Metal Slug.
Esto no es todo, puesto que en Metal Slug Tactics también es importante la forma en la que tu equipo colabora. Las armas normales de cada unidad no son suficientes para vencer a un enemigo, por lo que el juego nos presenta el sistema de Sincronización, en donde dos o hasta tres soldados pueden participar en un mismo ataque, haciendo grandes cantidades de daño. Si atacas a un contrincante que se encuentra en la línea de fuego de los personajes principales, tus aliados dispararán sin gastar una acción, lo cual te obliga a pensar muy bien en la posición de cada uno. El debate de si ubicas a alguien cerca de un muro para tomar menos daño, o lo dejas al descubierto para ofrecer algún tipo de apoyo es constante. Lo que hace más difícil esto, es que Marco y compañía son frágiles. Con tan solo 10 puntos de vida, dos o tres golpes los llevan a la tumba, y si bien es posible revivirlos gastando un recurso específico, cuando los tres caen, tu partida llega a su fin.
El juego alcanza un buen balance entre sentir que tienes todas las armas disponibles para superar cualquier reto, siempre y cuando hagas un buen uso de las habilidades y muevas a tus unidades constantemente, y la sensación de desesperación en donde todo parece imposible, con la derrota a una mala decisión de distancia. Aunque esto se vive en cierto nivel en las misiones normales, son los enfrentamientos contra los enormes jefes los que mejor demuestran todas las virtudes de este título, y se convierten en la joya de la corona.
Cada pelea contra jefe nos presenta un reto simple: vencer al enorme robot que tienes frente a ti, pero esto es mucho más complicado en realidad. No solo tienes que lidiar contra el monstruo en turno, sino que hay múltiples enemigos normales en el camino y, por si fuera poco, el escenario está cambiando constantemente, por lo que hay que moverse. Aeshi Nero, una excavadora subterránea gigante, lanza bombas en ciertas partes del escenario, y eventualmente dispara un rayo que destruye todo, y la única forma de sobrevivir es resguardando a las unidades detrás de muros de metal. Una vez que hace este movimiento, cambia por completo el escenario y mueve a los soldados, obligándote a modificar tu estrategia en un instante. Aquí es cuando Metal Slug Tactics brilla. Tienes que lidiar con múltiples enemigos al mismo tiempo, hay ataques devastadores que garantizan una muerte y la única forma de esquivarlos es posicionándote en zonas específicas del mapa, pero el tamaño de estos obstáculos es tan grande que es fácil hacer que todas las unidades ataquen al mismo tiempo.
Una vez que completes exitosamente una partida, la aventura no acaba aquí. Como roguelike, el juego nos incentiva a seguir haciendo lo mismo una y otra vez. Para comenzar, hay una lista decente de personajes disponibles, y para desbloquear a cada uno hay que cumplir ciertos requerimientos que te obligan a pasar de diferentes formas el juego. De igual forma, hay diferentes dificultades, cada una ofreciendo retos más complejos. Sin embargo, lo más interesante es el hecho de que al vencer al General Donald Morden por primera vez, van apareciendo mini jefes en cada región, y la única forma de enfrentarte a ellos es realizando misiones específicas en cierto orden. Si bien la estructura no cambia, la forma en la que avanzamos varía, y el reto adicional le ofrece una gran rejugabilidad a todos aquellos que buscan algo difícil.
Por extraño que suene, Metal Slug Tactics sí logra crear una combinación entre lo frenético que es un run and gun, y lo metódico de un RPG táctico. Aunque envolver todo como un roguelike puede no ser del agrado de muchos, puesto que limita el potencial y lo alocado que esta entrega pudo llegar a ser, permite que la experimentación sea uno de los fundamentos de la experiencia, y considerando la enorme cantidad de opciones disponibles, es divertido ver qué funciona y qué no en cada partida. El sistema de adrenalina y las colaboraciones de sinconización son perfectas para este título, creando una armonía que muchos creían imposible, con los jefes siendo la joya de la corona, demostrando todo lo bueno que esta entrega tiene para nosotros. El resultado es un título sumamente divertido y adictivo que logra resaltar por sus ideas únicas y seguramente se convertirá en uno de los exponentes más interesantes del género hoy en día.