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Las 107 mejores películas de terror de la historia

Pormescompublicidad

Oct 23, 2020

El cine de terror es un género cinematográfico del que nos confesamos fans absolutos. El terror es una sensación de miedo muy intenso producido por una perturbación angustiosa del ánimo, ya sea por un riesgo real o imaginario. El terror es aquello que te atrapa y no te suelta, que te hace tener pesadillas por la noche, pero que al mismo tiempo es capaz de producir una fascinación extrema.

Desde el inicio del cine han existido las películas de terror, aunque es con el expresionismo alemán y las películas de monstruos de la Universal que podemos hablar de un género en sí mismo. Terror gótico, cine de ciencia ficción y de extraterrestres, terror paranormal, el slasher o subgénero de los psycho killers, gore, zombis, giallo… hay de todo y para todos los gustos. Hacer una lista con las mejores películas es una tarea complicada, pero nosotros la hemos acometido con gusto, intentando dar cabida a los clásicos de siempre, las mejores muestras del terror moderno y alguna debilidad personal.

¡Acompáñanos en un recorrido por las 107 mejores películas de la historia del cine de terror!

ATENCIÓN: Les advertimos que las siguientes películas pueden herir su sensibilidad o provocarles escalofríos y/o pesadillas.

1. M (1931)

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Director: Fritz Lang

Expresionismo alemán en estado puro. Un blanco y negro capaz de helarnos la sangre. Un asesino en serie que rapta niños y que es el germen de la mayoría de los phsyco killers que vendrían despúes. Una obra maestra de Lang con la que logró situarse en cabeza de la nueva vanguardia cinematográfica y que constituye un ejemplo canónico de cine de terror.

2. Scream (1996)

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Director: Wes Craven

La película que resucitó el slasher gracias a uno de los directores imprescindibles del género. Un brillante guión lleno de referencias sobre el cine de terror, humor en las dosis justas y un suspense perfectamente ejecutado por Craven hacen de Scream un clásico moderno que no ha perdido ni un ápice de su juguetón encanto.

Más que en ver cómo mueren los personajes, la auténtica diversión de la película consiste en descubrir quién se esconde detrás de la máscara de Ghostface. Una película que revolucionó el género y disfrutó de 3 secuelas que nunca estuvieron a la altura de la original.

3. Let the Right One In (2008)

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Director: Tomas Alfredson

Esta película sobre un niño «normal» y una niña vampira, ambos adolescentes, es una maravillosa y madura reflexión sobre la inmortalidad, la sed de sangre y la necesidad de pertenencia. Oskar y Eli aprenden a confiar el uno en el otro a través de sus macabras obsesiones compartidas y sus secretos más profundos.

Una hermosa película que oscila entre lo emotivo y lo terrorífico, traspasando los límites del género y ofreciendo una pequeña obra de arte en imágenes. Tuvo un remake americano titulado Let Me In (2010), dirigido por Matt Reeves y protagonizado por Kodi Smit-McPhee y Chloë Moretz.

4. Peeping Tom (1960)

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Director: Michael Powell

Un fotógrafo y cineasta aficionado (Karl Boehm) se gana la vida haciendo fotos de desnudos y encuentra placer sexual apuñalando a mujeres con la cuchilla de su trípode mientras lo filma todo. El acto de hacer cine es en sí mismo una forma de satisfacer las necesidades voyeurísticas de los espectadores, según Powell, renombrado director de cine británico que sorprendió a todo el mundo con esta intensa película emparentada con el cine de Hitchcock y Antonioni.

Terrorífico drama de terror psicológico que explora la obsesión por capturar la imagen del pánico que acontece en el momento de ser asesinado, la película adopta muchas veces el punto subjetivo del protagonista, lo que hace aún más perversa la experiencia.

5. House of the Devil (2009)

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Director: Ti West

Un homenaje estilo retro sobre el subgénero de los cultos satánicos en una película que se va construyendo a fuego lento, creando una atmósfera inquietante (y a veces exasperante) que acaba estallando en una violencia final contundente y sorprendente.

Ambientada en los años 80 y rodada en 16 mm., demuestra que, como decía Hitchcock, en toda buena película de suspense lo importante es la anticipación, no el acontecimiento en sí mismo.

6. Jaws (1975)

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Director: Steven Spielberg

Una obra maestra indiscutible del Séptimo Arte. Un clásico imperecedero y la película que convirtió a Spielberg en una estrella. Todos los elementos de la película funcionan con la precisión de un reloj, desde un reparto de lujo (Roy Scheider, Richard Dreyfuss y Robert Shaw) que dota de humanidad a sus personajes, pasando por un suspense dosificado con la brillantez habitual del director, hasta la famosa partitura de John Williams que con sólo escucharla es capaz de meternos el miedo en el cuerpo al bañarnos en la playa.

Aventura en estado puro, suspense, terror, humor, drama. Al igual que el tiburón «Bruce», la réplica a tamaño real que se construyó para el rodaje, Spielberg es una auténtica fuerza de la naturaleza.

7. Don´t Look Now (1973)

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Director: Nicolas Roeg

Una de las películas de terror más devastadoras, inquietantes y sensuales de la historia del cine. Una meditación sobre el dolor, la pérdida y la mortalidad basada en la novela de Daphne du Maurier. El matrimonio compuesto por Donald Sutherland y Julie Christie (magníficos los dos) se trasladan a Venecia con la esperanza de recuperarse tras la trágica muerte de su hija. Sin embargo, allí les espera una nueva tragedia.

La película combina el presente, el pasado y el futuro, utilizando sutiles metáforas visuales para indicar la inminente fatalidad y arrastrarnos a las profundidades de la culpa y la desesperación.

8. Freaks (1932)

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Director: Todd Browning

Esta inclasificable joya acabó literalmente con la carrera de su director, a pesar del éxito y renombre conseguido con Drácula, debido a sus malas críticas y una censura despiadada, lo que afectó considerablemente su rendimiento en taquilla. El público la consideró repugnante y produjo desmesuradas reacciones de rechazo. Evidentemente, una película adelantada a su época, que por suerte ha ido revalorizándose con el tiempo y alcanzando el estatus de film de culto.

Un grupo de artistas de circo y una serie de «monstruos» que están en exhibición para deleite y espanto del público son los protagonistas de la película, que cuenta en su reparto con auténticos artistas circense y personas con discapacidades físicas y diferentes tipos de «peculiaridades». Sin embargo, la bella Cleopatra y el forzudo Hércules, los personajes «normales», son los verdaderos monstruos de la historia, porque son caracterizados como personas corruptas que intentan aprovecharse de los Freaks.

9. Frankenstein (1931)

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Director: James Whale

A pesar de su corta duración (70 minutos) y de su impacto en la cultura moderna, la adaptación al cine de la novela de Mary Shelley tuvo muchos problemas con la censura. Una de las escenas más controvertidas en su momento fue cuando el Monstruo (el camaleónico Boris Karloff) arroja a la niña pequeña al lago, provocando que muera ahogada.

En un mundo de hombres com complejo de Dios y monstruos inquietantemente humanos, la legendaria actuación de Karloff es capaz de emocionarnos y aterrorizarnos al mismo tiempo.

10. La novia de Frankenstein (1935)

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Director: James Whale

Después del gran éxito conseguido con Frankenstein, Whale realizó su obra maestra, su mejor película y un clásico imperecedero. Mucho más que una secuela, esta película se convirtió en su obra más personal, dejando su impronta como gran realizador y superando al título anterior, manteniendo aún más si cabe la esencia del clásico de Shelley a pesar de tomarse muchas libertades.

El toque de metalenguaje que supone la doble presencia de Elsa Lanchester como escritora de la obra y compañera del monstruo, unido a su intensidad poética y a su libertad creativa hacen de este film una de las mejores secuelas jamás realizadas y un prodigio de adaptación bien entendida.

11. Los Otros (2001)

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Director: Alejandro Amenábar

En esta película, thriller psicológico de misterio sobrenatural narrado en forma de fábula perversa, se juega con el concepto de los vivos y los muertos, con seres que están en uno y otro mundo, con muertos que desconocen que están muertos y con otros que son conscientes de ello y tienen como misión revelarles esa verdad a los que la ignoran.

Sobria, austera, triste, perfectamente dosificada en su misterio y revelaciones, Los Otros es brillante en su ejecución y nos ofrece un final que nos hará querer volver a ver la película para poder disfrutarla con otros ojos. La casa donde transcurre toda la historia se convierte en otro protagonista, sintiéndose ese efecto claustrofóbico por estar encerrados junto a los personajes, que quieren escapar de la luz, de la realidad, de la verdad.

12. Alien (1979)

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Director: Ridley Scott

La perfecta mezcla de terror y ciencia ficción. Sigourney Weaver como la heroína definitiva y la única capaz de hacer frente al xenomoformo surgido de la enfermiza imaginación de H. R. Giger. La secuela de James Cameron, Aliens (1986), otra obra maestra, está al mismo nivel, pero la encuadramos más dentro del género de ciencia ficción.

Imaginería gótico-sexual inquietante pero de gran belleza, un guión perfecto de Dan O´Bannon, interpretaciones naturalistas y perfectamente afinadas de todo el reparto. En el espacio exterior nadie puede oír tus gritos.

13. The Cabinet of Dr. Caligari (1920)

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Director: Robert Wiene

Una de las obras cumbres del expresionismo alemán y un clásico indiscutible del cine. Un mensaje pacifista y antiautoritario en un viaje a los orígenes de la locura, con abruptos ángulos que nos desconciertan y flashbacks dentro de flashbacks que hacen de la narración toda una experiencia casi alucinatoria y febril, apoyada en un ingenioso diseño vanguardista de unos decorados irreales y teatrales.

Es considerado el primer largometraje de terror y su legado en el cine moderno es evidente. Es la primera película que nos lleva directamente a la mente de una persona desequilibrada.

14. The Strangers (2008)

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Director: Bryan Bertino

Tal vez el mejor exponente del subgénero conocido como home invasion, esta película nos cuenta cómo una pareja en crisis es acosada y asaltada en su escapada de fin de semana en una cabaña en el bosque.

La inquietante aleatoriedad e inutilidad de la (demasiado) realista violencia que acosa a los protagonistas nos contagia un profundo temor de que algo así podría estar sucediendo en la puerta de al lado sin nosotros darnos cuenta.

15. Eyes without a face (1960)

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Director: George Franju

Clásico de culto del cine francés, rechazada en su momento por público y crítica, que no pudo soportar la espeluznantemente realista escena en la que la piel del rostro de una joven es cercenada por el desquiciado doctor Génessier, obsesionado con reconstruir la belleza de su hija, arruinada en un accidente del que se siente culpable.

Angustiosa, lenta, poética, gélida, fue una de las inspiraciones para La piel que habito (2011) de Almodóvar, que la homenajeó abiertamente, contribuyendo a que la película fuese revisitada y revalorizada. John Carpenter comentó en una ocasión que se inspiró en la máscara de Edith Scob en esta película para la máscara de Michael Myers.

16. Black Christmas (1974)

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Director: Bob Clark

Elegante y sutil, pero con una tensión creciente que acaba estallando en un final violento y ambiguo, además de pesimista a más no poder. Bastante desconocida y no lo suficientemente valorada, esta película presenta elementos que aparecerían posteriormente en la mayoría de los slashers, que se inspiraron claramente en el film de Clark.

Black Christmas es una de las pocas películas del género que trata a sus víctimas con relativo respeto, sin sexualizarlas en exceso ni castigarlas por su sexualidad. En 2006 se estrenó un remake dirigido por Glen Morgan.

17. Carnival of Souls (1962)

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Directores: Herk Harvey, Ian Kessner, Adam Grossman

Una especie de clásico marginal, nunca elevado a la categoría de obra maestra, ni tampoco a una de las más conocidas por el gran público. Su originalidad y su potente iconografía hacen de ella un título de culto que ha ido ganando adeptos a lo largo de los años.

La elección del blanco y negro ya denota su interés por ofrecer un terror conciso, sin narrativas forzadas ni sofisticadas, basándose en los mecanismos más básicos (pero más eficaces) para provocar terror. Su atmósfera irreal y perversa y la manera en que la película muestra los comportamientos anormales de una serie de personajes cotidianos, consigue transmitirnos una sensación de inquietud, intranquilidad y de miedo a lo desconocido.

18. Audition (1999)

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Director: Takashi Miike

Aburrida en su primera mitad y desagradable hasta extremos insoportables en su tramo final, según sus detractores. Lo cierto es que Audition prefiere adoptar una premeditada (y arriesgada) parsimonia y sobriedad en su ritmo durante la mayor parte de su metraje para sacudirnos violentamente en la parte final de la historia.

La mantis religiosa encarnada por Asami te hará pensártelo dos veces antes de irte a hacer acupuntura… Kiri, kiri, kiri!

19. The Fly (1986)

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Director: David Cronenberg

El proyecto de hacer un remake de la primera versión de 1958, una interesante producción de serie B basada en un relato de Georges Langelaan, le llegó a Cronenberg de rebote pero se entusiasmó al encontrar en el guión elementos que parecían salidos de su propia imaginación.

Que el protagonista (un entregado Jeff Goldblum) conservase rasgos humanos durante la mayor parte del metraje hace que el proceso cobre mayor simbolismo y sea más terrorífico, angustioso y dramático. A diferencia de la versión original, donde el científico y la mosca intercambiaban partes de su cuerpo, aquí hay una fusión que da lugar a un nuevo ser, que muta interior y exteriormente, gracias a un formidable trabajo de efectos especiales y maquillaje.

Cronenberg siempre vio esta película como una trágica historia de amor, ya que, en cierta forma, la metamorfosis es una metáfora de la enfermedad o el envejecimiento.

20. Maniac (1980)

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Director: William Lustig

Maniac es un macabro e inmisericorde retrato de un personaje que vive en la sombra, Frank Zitto, un hombre patético que se pasa la mayor parte del tiempo encerrado en su minúsculo apartamento rodeado de grotescos maniquíes y venerando la imagen de su madre muerta, pero que de vez en cuando sale por las noches a asesinar a jóvenes mujeres a las que arranca el cuero cabelludo.

Lo interesante de la película es que lo vemos todo a través de la óptica de Frank, centrándose la historia básicamente en la progresiva degeneración que sufre por medio de sus crímenes. Su carácter de película maldita (fue tachada de misógina y machista) se acentúa aún más debido a su violencia explícita y desagradable. Una joyita con una estética sórdida y un humor negro que tuvo un interesante remake dirigido por Franck Khalfoun y con Elijah Wood en la piel del asesino.

21. Insidious (2010)

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Director: James Wan

James Wan y el guionista Leigh Whannell dijeron que la película estaba basada en las historias de sagas encantadas y fantasmas que les habían asustado de niños. Aunque se haya convertido en franquicia, son las dos primeras películas las que forman lo más parecido a una historia cerrada en sí misma, estando las dos posteriores centradas en el personaje de la medium Elise Rainier.

La combinación de lo cotidiano y lo fantástico, la utilización del espacio y la creación de una vívida atmósfera de terror hacen que sea capaz de perturbar y divertir a partes iguales.

22. The Conjuring (2013)

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Director: James Wan

La combinación entre una indiscutible elegancia formal y un elaborado diseño de cada plano, unido a una medida atmósfera de terror del bueno, hacen de esta primera aventura cinematográfica del matrimonio Warren un éxito a todos los niveles.

Vera Farmiga y Patrick Wilson están magníficos y la ambientación de la época está cuidada y funciona a la perfección. Su segunda entrega elevó el nivel de sustos y presentó nuevos personajes terroríficos que buscaban descaradamente su propia película.

Lo peor, que se pueda convertir en una franquicia sin personalidad y se olvide de darnos miedo de verdad. Lo mejor, que se toma al espectador tan en serio como lo propios personajes se toman a ellos mismos.

23. Hellraiser (1987)

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Director: Clive Barker

El famoso novelista de terror dirigió su primera película basándose en un relato propio, inaugurando una mitología que se extendió en numerosas secuelas, cómics, novelas, videojuegos, etc.

La película explora el vínculo entre el dolor y el placer, pero no se queda en un brillante ejercicio de fetichismo para amantes del cuero y el sadomaso, sino que bucea en los límites del horror gracias a la presencia de los Cenobitas, los llamados teólogos de la Orden de la Incisión. Para su creación, Baker declaró haberse inspirado en los punks, el catolicismo y sus visitas a clubes sadomasoquistas.

24. Frenzy (1972)

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Director: Alfred Hitchcock

La que probablemente sea la película más retorcida del maestro del suspense está protagonizada por un asesino psicópata que viola y estrangula a sus víctimas, todas ellas mujeres, con una violencia extrema y unos afilados diálogos que hoy escandalizarían a más de uno.

Probablemente, la última obra maestra de Hichcock, que se aprovecha de la libertad que los años 70 representaron para la historia del cine, mezclando violencia, suspense, sexo y humor en un perfecto equilibrio.

25. The Birds (1963)

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Director: Alfred Hitchcock

Aunque muchos puedan aducir que no ha envejecido tan bien como otras películas de Hitch, es indudable que esta película se ha ganado el derecho a estar en esta lista por méritos propios. Esta historia sobre la tragedia que supone una improbable invasión animal, acaba girando en torno al por qué los pájaros eligen ese pequeño pueblo «inofensivo» (Bodega Bay) para iniciar su ataque.

Adaptación de una novela corta de Daphne du Maurier, el final original planteado por el director contemplaba la huida de los protagonistas a San Francisco, donde se encontraban con la misma invasión de la que creían haber escapado. Por falta de recursos económicos y tecnológicos, no pudo realizarse, optándose por ese descorazonador final abierto tan propio de las películas de zombis que vendrían posteriormente, que beben mucho de la lucha por la supervivencia de los personajes de este film. Los protagonistas no consiguen una victoria definitiva, tan sólo pueden seguir huyendo para evitar sucumbir a un destino fatal.

26. The Brood (1979)

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Director: David Cronenberg

En la década de los 70, Cronenberg realizaría tres películas (ShiversRabid y The Brood) que exploran sus obsesiones con el sexo y la «nueva carne» y adelantan la estética elegante y de ciencia ficción que se convertiría en su sello posteriormente.

Terrores biológicos y espirituales, secuelas de un divorcio y de una maternidad corrompida y la somatización de los traumas son algunos de los temas presentes en esta película, una de las más autobiográficas del director, que en aquel momento se disputaba la custodia de su hija con su primera mujer.

27. Poltergeist (1982)

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Director: Tobe Hooper

Producida por Steven Spielberg, siempre se ha especulado con que él fue realmente el director de la película (acompañado por Hooper, claro está), pero que no pudo salir acreditado como tal debido a una cláusula de su contrato para Universal Pictures, con la que estaba rodando E. T., que le impedía dirigir otra cinta en el mismo año.

Caroline siendo abducida a través de la televisión, payasos de juguete que cobran vida, espeluznantes árboles que intentan atraparte, alucinaciones varias… es lo que tiene vivir en una casa construida sobre un antiguo cementerio indio. Un clásico de los 80, terrorífico pero al mismo tiempo para toda la familia, con una memorable Zelda Rubinstein como la medium Tangina Barrows.

28. Night of the Living Dead (1968)

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Director: George A. Romero

La película que creó el subgénero de zombis y el primer acercamiento de su director a un mundo que continuó explorando hasta su fallecimiento a través de diferentes películas que ofrecían diferentes acercamientos al panorama de un mundo en el que los humanos tienen que convivir con los los «retornados» de la muerte.

El terror producido por el ataque de los zombis le sirve a Romero para diseccionar el alma humana y ofrecer un retrato nada amable de los vivos, llenos de prejuicios y atributos nada positivos, agravados en situaciones de crisis. En 1968, la Guerra de Vietnam y la actitud de la policía durante el movimiento de los Derechos Civiles había generado una creciente desconfianza hacia la autoridad y hacia «el otro» en general. El ser humano, al fin y al cabo, es el peor enemigo de sí mismo.

29. Near Dark (1987)

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Directora: Kathryn Bigelow

La mejor película de vampiros de los 80. Un neo-western sobre vampiros modernos, bandidos cuyo hogar es la carretera y que destaca por inventar su propia mitología, olvidándose de cruces y estacas.

Una magnífica directora que nos ofrecería otra obra maestra del cine de ciencia ficción con Stange Days (1995). Un reparto de lujo que incluye a Bill Paxton, Lance Henriksen y Jenette Goldstein (la soldado Vásquez de Aliens). Sexo, drogas y rock and roll como única forma de estar enamorado y cerca de la muerte al mismo tiempo. Banda sonora de Tangerine Dream. Película de culto que marcó a toda una generación, en el mismo año que The Lost Boys de Joel Schumacher ofrecía otra versión un poco más edulcorada (pero igualmente interesante y exitosa) de los chupasangres.

30. Session 9 (2001)

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Director: Brad Anderson

Es en su apartado menos fantasmagórico donde la película juega sus mejores bazas y en donde reside su mayor originalidad argumental: en preocuparse más de los personajes que del espeluznante espacio cerrado donde tienen que cumplir su cometido.

Sin embargo, esto no quiere decir que el Hospital Estatal Danvers no sea un lugar sobrecogedor que impregna todo el metraje y lleva a los personajes a los abismos de la locura, jugando con la ambigüedad y construyendo su terror desde la incertidumbre y la incógnita.

31. The Howling (1981)

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Director: Joe Dante

Estrenada el mismo año que la película de John Landis (la siguiente en nuestra lista), The Howling supuso el primer paso en la consolidación de Dante dentro de la industria norteamericana. Rob Bottin, alumno aventajado del legendario Rick Baker, se encargó de los efectos especiales y la caracterización de los licántropos, pero hay que ser justos y reconocer que no está al mismo nivel que su maestro.

Lo mejor de este film es que asume sin complejos su carácter de serie B, dando poca importancia a los personajes y centrándose más en el impacto de las escenas supuestamente aterradoras. Si no fuese por Dante, esta historia mediocre no estaría en esta lista, pero le tenemos un cariño especial y además sale Dee Wallace-Stone, una de nuestras actrices fetiches de los 80, que volvería a sufrir de lo lindo en Cujo (1983), de Lewis Teague.

32. An American Werewolf in London (1981)

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Director: John Landis

Considerada por muchos como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, su mezcla de comedia y horror y sus recordados e impactantes efectos especiales (por los que Rick Baker ganó un Óscar) la han convertido en una cinta de culto entre los aficionados.

La maestría de Landis hace que no estemos tan sólo ante una película de monstruos, sino que explora temas como el dolor ante la pérdida de un amigo, la culpa por convertirse en un asesino y la imperiosa necesidad de reconciliarse con los muertos.

33. Fright Night (1985)

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Director: Tom Holland

Junto con Near Dark y The Lost Boys, la película de Tom Holland sirvió para marcar un antes y después en el mito vampírico, actualizándolo para la época pero sin renunciar a sus raíces clásicas. Su peculiar tratamiento de la figura del vampiro sigue vigente en la actualidad: elegante, atractivo y muy activo sexualmente.

Mezclando sabiamente humor y horror, bebe bastante de otras películas pero tiene su propia personalidad. Un clásico ochentero con unos estupendos Chris Sarandon y Rody McDowall.

34. The Omen (1976)

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Director: Richard Donner

Gracias a Donner, la historia se convirtió en un elegante thriller de misterio y suspense, alejándose de los arquetipos del género de terror de aquella época. Siempre con la insinuación como norma, las tenebrosas casualidades que van sucediéndose no hacen más que aumentar la paranoia de unos pobres Gregory Peck y Lee Remick que no acaban de darse cuenta que el aparentemente inocente Damien esconde el Mal detrás de su inquietante mirada.

Dejando de lado efectistas golpes de efectos, Donner se apoya en la mirada de los personajes y en la construcción de un ambiente psicológicamente opresivo. El final sigue siendo de los más desasosegantes de todo el género. Tanto el Ave Satani de Jerry Goldsmith como el mítico Carmina Burana de Carl Off ayudan a que se nos pongan los pelos de punta durante todo el metraje.

35. 28 days later (2002)

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Director: Danny Boyle

El subgénero zombi estaba casi muerto cuando Danny Boyle y Alex Garland (guionista del film) le inyectaron una necesaria dosis de adrenalina y humanidad para hacerle resurgir, todo ello mezclado con una ácida crítica social e inteligentes reflexiones culturales.

Una impactante experiencia de horror visceral, gracias a un guión inteligente y un gran reparto (Cillian Murphy se sale). Las cámaras digitales de Boyle nos hacen sentir que estamos presenciando cómo sería realmente si los «infectados» se apoderaran de la Tierra. La película generó grandes debates sobre si eran más terroríficos los «zombis rápidos» o los «zombis lentos», ya que aquí se pegan unas carreras de espanto.

36. The Innocents (1961)

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Director: Jack Clayton

Esta película de terror con guión adaptado por Truman Capote sobre la novela de Henry James trata sobre lo que sucede en las sombras, más que sobre lo que se puede apreciar a primera vista en la superficie. El blanco y negro sirve para resaltar esta idea y dar una atmósfera de constante evocación y misterio, donde cada esquina parece albergar una amenaza.

Nunca estamos totalmente seguros de si los fantasmas son reales o una manifestación de una mente reprimida (la de la institutriz encarnada por Deborah Kerr) que se avergüenza por perder la inocencia.

37. Dawn of the Dead (1978)

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Director: George A. Romero

Tras el espectacular éxito de La noche de los muertos vivientes, Romero decidió que quería seguir explorando el género y dándole nuevas vueltas de tuerca, mostrando una sociedad en deterioro más allá de la invasión zombi: tensiones raciales, sociales y una alienada clase media cuya única preocupación es consumir y no pensar.

Usando un centro comercial como metáfora de que todos nos estamos convirtiendo en zombis dentro de nuestras aburguesadas existencias, la película es una denuncia contra el materialismo y contra una sociedad que ha perdido sus valores. Eso sí, el gore no falta en la película gracias al maquillaje de Tom Savini. Dario Argento escribió el guión con Romero y fue el responsable de la versión para el mercado internacional de la película.

38. Dawn of the Dead (2004)

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Director: Zack Snyder

El debut en la dirección de Zack Snyder es un aterrador, realista y contundente remake de la película de Romero, con cambios sustanciales que la convirtieron en una importante pieza del género. El guión esta escrito por James Gunn, que mantuvo la premisa de que los supervivientes se refugiaran en un centro comercial pero que prefirió contar una nueva historia a partir de ahí.

En la peli de Snyder, los no-muertos corren rápidamente y son mucho más agresivos, a diferencia de los de Romero, y la infección y el proceso de revivir a los muertos se aceleraba considerablemente, siendo la causa de la «crisis zombi» un virus de la sangre en vez de una plaga misteriosa. La sensación de pánico y desesperación y la devastación de la sociedad está acompañada por unos efectos especiales y de maquillajes extraordinarios, un estupendo reparto y una dirección sangrienta, contundente y divertida.

39. [REC] (2007)

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Directores: Jaume Balagueró y Paco Plaza

Perteneciente al subgénero del found footage, la excusa en este caso para que la cámara no deje de grabar en ningún momento (imperativo que a veces resulta absurdo de mantener) está en que la protagonista, Ángela (una estupenda Manuela Velasco) es una intrépida reportera de televisión que se ve atrapada en un edificio de apartamentos que es el origen de una infección zombi de carácter satánico. Aunque al comienzo intenta documentar los hechos para que sirva de ayuda a combatir la propagación del «virus», acabará terminando por tener que luchar con uñas y dientas por salir con vida del edificio.

Brillante en la creación de un asfixiante ambiente claustrofóbico, estilísticamente impecable y sin efectismos innecesarios, los últimos minutos de la película son una de las experiencias más terroríficas que se pueden encontrar dentro del género. Tuvo tres secuelas, cada una de ellas ofreciendo interesantes y diferentes acercamientos al tema de los «infectados» y también sufrió un horrible remake estadounidense en 2008 titulado Quarantine (Cuarentena).

40. Evil Dead (1981)

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Director: Sam Raimi

Indiscutible película de culto, esta ópera prima desenfadada y frenética es el reflejo de la pasión por el género de un joven director con gran habilidad para la planificacion narrativa y la creación de una (terrorífica) atmósfera muy bien cuidada, especialmente en ese monstruoso bosque que consigue trasmitir claustrofobia, horror e intriga.

A pesar de su look «barato» propio de la serie B, la película se apoya en su enorme poderío visual para convertirse en una especie de montaña rusa delirante en un tono descaradamente desvergonzado. Su secuela, Evil Dead 2 se entregó abiertamente al humor y al desenfreno de violencia y gore, convirtiendo al Ash encarnado por Bruce Campbell en el héroe absoluto de la trilogía y en un personaje de culto.

41. The Descent (2005)

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Director: Neil Marshall

Una modesta pero magnífica película de género en la que se mezclan bastante acertadamente el exceso de hemoglobina con el terror lúcido, claustrofóbico y puramente físico. Los sustos y la angustia extrema acompañan a seis mujeres en su lucha por la supervivencia encerradas en una cueva donde habitan unos peligrosos seres muy poco amistosos.

La atmósfera de miedo y tensión y un clímax de infarto sobresalen junto con la gran labor de la actrices protagonistas.

42. Phantasm (1979)

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Director: Don Coscarelli

La falta de medios y de presupuesto se suple gracias a la imaginación desbordante del director, que realiza una mezcolanza de géneros donde cabe desde el surrealismo puro y duro, hasta la ciencia ficción, pasando por el gore, el humor, el drama familiar y un villano que ingresó rápidamente en el panteón de los iconos del terror: Angus Scrimm, el Hombre Alto.

Una película para redescubrir o revisitar. Si no te asustas, ya estás muerto.

43. Henry: Portrait of a Serial Killer (1986)

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Director: John McNaughton

Esta película de estilo casi naturalista sobre la vida de un asesino en serie fue censurada por lo gráfico de su violencia (no encontró distribución hasta casi 5 años después de ser rodada) y centra más su atención en las víctimas que en el propio asesino, interpretado por un Michael Rooker que ofrece una brillante actuación carente de los típicos tics de los serial killers de las películas de terror.

Las largas e ininterrumpidas tomas y lo mundano de la mayoría de las escenas hacen que la brutalidad de los asesinatos sea aún más impactante. Una pieza imprescindible para comprender el terror moderno.

44. The Exorcist (1973)

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Director: William Friedkin

El Exorcista es una de las películas claves cuando se habla de las mejores cintas de terror de toda la historia, tanto por su condición de génesis del subgénero de exorcismos como por sus méritos artísticos (muchos y muy buenos). Para muchos, digámoslo claro, la película más terrorífica de todos los tiempos.

Friedkin, apoyado en el guión de William Peter Blatty (escritor de la novela en que se basa) prefiere indagar en las heridas emocionales de los personajes para que lo que veamos en pantalla, más allá de los golpes de efectos, nos cause más impacto. Escuchar el Tubular Bells de Mike Olfield es regresar a la habitación de Regan MacNeil y salpicarse de vómito verde.

45. It Follows (2014)

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Director: David Robert Michell

Con una de las premisas más interesantes e inteligentes vistas en el género en mucho tiempo y una ejecución magnífica, la historia gira en torno a una especie de maldición que se contrae cuando tienes relaciones, algo así como una enfermedad de transmisión sexual sobrenatural pero en forma de aparición macabra que te persigue hasta que te mata.

Su estética de ensoñación nebulosa y una banda sonora de lujo a cargo de Disasterpiece hacen aún más disfrutable este recorrido que juega con nuestros miedos innatos de intimidad y mortalidad, paranoias e inquietudes.

46. Nosferatu (1922)

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Director: F. W. Murnau

Una de las primeras películas sobre vampiros (y tal vez la mejor), que no intenta romantizar al mito, sino que lo presenta como algo enfermizo y aterrador. El Conde Orlok (Max Schrek), con sus orejas y nariz puntiagudas, postura encorvada, cara de carroñero y largas y afiladas garras, es la representación física de la muerte.

Obra maestra del cine mudo y película de culto, es la primera adaptación de la novela de Stoker, que no fue bien vista inicialmente por su viuda. NosferatuEine Symphonie des Grauens (una Sinfonía del Horror) es su título completo. Murnau se apoyó enormemente en la obra de los pintores románticos para ofrecer una experiencia casi pictórica que, más que asustar, nos hechiza.

47. Dracula (1931)

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Director: Tod Browning

Bela Lugosi, que había interpretado al conde en una obra de teatro, fue el primer Dracula cinematográfico y el personaje le acompañaría hasta el fin de sus días. Las enormes cualidades de Browning para los ambientes fantasmagóricos en los que realidad y ficción se dan la mano se reflejan especialmente en la inquietante atmósfera irreal del prólogo y el clímax final.

Hipnótica y fascinante, la película sigue siendo una de las cumbres del fantástico y una obra maestra más de la filmografía de su director.

48. Nosferatu, The Vampyre (1979)

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Director: Werner Herzog

El impresionante remake de Herzog de la película de Murnau es tanto un homenaje a la que considera la mejor película alemana de todos los tiempos, como una de las obras más representativas de su tormentosa y poética filmografía.

Murnau indaga en el dolor de la soledad del vampiro, que acarrea la inmortalidad como una losa, derivando hacia un existencialismo que encuentra su máximo reflejo en la patética figura del vampiro encarnado por Klaus Kinski, que se sometió a largas sesiones de maquillaje para conseguir el aspecto que requería su personaje.

49. Carrie (1976)

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Director: Brian De Palma

Basándose en una novela corta del maestro King, De Palma construyó una alegoría sobre la culpa y la represión, los prejuicios y el miedo, el despertar a la sexualidad y el horror de ser víctima de abusos. Las tremendas actuaciones de Sissy Spacek y Piper Laurie (nominadas ambas al Óscar a mejor actriz) son el pilar de la película, encarnando a la perfección a la adolescente reprimida y a su fanática y castradora madre.

Como escenas para el recuerdo, nos quedamos con dos: ese baile de graduación donde se desatan los poderes telequinéticos de Carrie después de que su felicidad al ser coronada como reina del baile se vea impregnada por la sangre de cerdo que los matones del instituto deciden verter sobre ella para humillarla públicamente; y la muerte de la madre, atravesada por cuchillos y clavada a la pared en una posición que remite al martirio de San Sebastián.

50. The Shining (1980)

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Director: Stanley Kubrick

La macabra y terrorífica novela de Stephen King pasada por el cerebral estilo de narración visual de Kubrick. Una enigmática, seductora y expresiva historia de fantasmas (sobrenaturales y psicológicos), que muchos han querido ver como la expresión de una reprimida masculinidad tóxica que estalla con violencia gracias a la locura encerrada entre las paredes del Hotel Overlook. En el fondo, la historia gira en torno al proceso creativo, la locura del artista y los trastornos mentales derivados de la incomunicación. Ah, y no nos olvidemos de las gemelas en el pasillo…

Jack Nicholson desatado recorriendo los pasillos con su hacha, una Shelley Duvall al borde del colapso emocional (dentro y fuera de la pantalla) y un director metódico y exigente hasta la extenuación hacen de El Resplandor una de las mejores películas de la historia del cine y una de las que más influencias ha tenido en la cultura popular.

La película, además, esconde una simbología que muchos han estudiado con detenimiento para intentar discernir todas las claves que Kubrick fue desperdigando en la cinta. El documental Room 237 (2012), cuyo título homenajea la habitación más siniestra del hotel, bucea en todos los símbolos y claves ocultas del metraje para demostrar que es más que una película de terror.

51. Repulsion (1965)

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Director: Roman Polanski

La primera película en inglés de Polanski, aclamada por la crítica, nos presenta a Carol (Catherine Deneuve), una tímida joven apesadumbrada por su miedo al sexo, que la lleva al desequilibrio extremo cuando se queda sola en su apartamento, que se acaba convirtiendo en un reflejo de su propia mente, llena de ansiedades, traumas y posible maltrato.

Horror psicológico, alucinaciones sexuales y otra obra maestra de un director que nos interpela a ver más allá de lo que las imágenes muestran.

52. The Night of the Hunter (1955)

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Director: Charles Laughton

Aunque hoy es considerada una de las mejores películas de toda la historia, fue un fracaso cuando se estrenó, siendo poco apreciada por crítica y público. Tanto le dolió ese fracaso a Laughton, que nunca más volvería a dirigir.

Este relato inolvidable consigue dejar huella en el espectador y nos regala a uno de los personajes más asombrosos del séptimo arte, el reverendo Harry Powell, encarnado con absoluta naturalidad por un imponente Robert Mitchum que consigue reflejar la absoluta maldad del personaje, un monstruo que cree comunicarse con Dios.

53. The Blair Witch Project (1999)

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Directores: Daniel Myrick y Eduardo Sánchez

Dejando de lado su exitosa (y rompedora) campaña de marketing, esta película continúa a día de hoy dividiendo al público; mientras unos la defienden con firmeza y alaban sus innegables logros, sus detractores la acusan de vacía y engañosa. Sin embargo, el impresionante realismo y el uso de la tecnología de la época (básicamente esta película creó el subgénero del found footage) hicieron de ella una novedosa e impactante experiencia para quien la vio en pantalla grande.

Los tres actores (desconocidos todos ellos) vivieron realmente en el bosque durante 8 días (el tiempo que duró el rodaje), durante los cuales se repartieron las labores de grabación (en 16 mm.), sonido y narración. El estilo documental busca abiertamente el caos y las imperfecciones propias de un rodaje de este tipo, todo en aras del realismo más absoluto. Lo que no conocían los actores eran los detalles que iban apareciendo a lo largo de la historia, lo que hizo que el miedo que experimentaran en cámara fuese verdadero.

Aunque no veamos a la supuesta bruja por ningún lado y la película se tome demasiado tiempo en entrar en materia, la secuencia final es realmente terrorífica. En su momento, la película de bajo presupuesto más rentable de la historia del cine.

54. Psycho (1960)

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Director: Alfred Hitchcock

El asesinato en la ducha de Marion Crane (Janet Leigh), con 77 ángulos de cámara diferentes y la mítica música de cuerda de Bernard Hermann es uno de los momentos más perfectos e icónicos de la historia del cine.

Norman Bates y su madre marcaron a Anthony Perkins para siempre. Una obra maestra en una filmografía (la del director británico) repleta de obras maestras. No haberla visto debería ser delito.

55. The Last House on the Left (1972)

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Director: Wes Craven

Remake inconfeso de El Manantial de la Doncella (1960) de Bergman, el debut feísta y crudo de Wes Craven, a pesar de su violencia exagerada y gratuita, no es la película rompedora que muchos quisieron ver, aunque los temas que trata (la violación y asesinato de dos chicas jóvenes a manos de un grupo de psicópatas) causaron un gran impacto a comienzos de la década de los 70. La dirección de Craven es bastante torpe, el tratamiento de la historia es bastante irregular, las actuaciones de los psicópatas son casi amateur y un humor inoportuno interrumpe en bastantes ocasiones la crudeza de muchas escenas.

Sin embargo, se puede localizar en ella el germen de varios temas y recursos que iría desarrollando el director a lo largo de su filmografía, como la entrega al salvajismo más despiadado por parte de una familia en busca de venganza contra sus agresores. Las dos películas que comentaremos a continuación son mucho más sólidas en ese sentido y suponen una verdadera muestra de la genialidad del maestro Craven.

56. The Hills Have Eyes (1977)

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Director: Wes Craven

Segunda película de culto de Craven y uno de los filmes de terror más importantes de la década de los 70. La disolución y ruptura de la familia y la insalvable brecha entre generaciones siguen como temas recurrentes. El enfrentamiento entre dos clanes y estilos de vida (el rural y el urbano) acaba culminando en un clímax de violencia y brutalidad, una explosión de ira y rabia que da a la historia un final macabro y cero esperanzador.

Sangre y escenas violentas, sí, pero al servicio de un interesante acercamiento a la condición humana. El descubrimiento de una América profunda habitada por monstruos en vez de por los supuestos nobles valores norteamericanos.

57. A Nightmare on Elm Street (1984)

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Director: Wes Craven

Innovadora, brillantemente ejecutada y con un planteamiento tremendamente impactante, el tremendo éxito de esta obra maestra de Craven hizo que la franquicia se extendiera (y languideciera) en 7 secuelas y un remake que nunca brillarían a la altura de la original.

Tenemos que agradecer a esta película la creación de uno de los mayores villanos del género de todos los tiempos, Freddy Krueger, un cruel asesino de niños que consigue abrirse paso a través de los sueños de sus víctimas. Robert Englund nunca consiguió quitarse al personaje de encima y Freddy continúa a día de hoy como una de las figuras más representativas de la cultura pop, aunque ya no consiga darnos tanto miedo como en 1984.

58. Halloween (1978)

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Director: John Carpenter

La película que definió realmente el subgénero slasher e inspiró un montón de secuelas, homenajes e imitaciones baratas. Sin embargo, el suspense y la tensión que consigue John Carpenter, ayudado por la mítica música compuesta por él mismo, son inigualables. Michael Myers, con su máscara blanca y sin emociones, reflejo de un alma oscura, se ha convertido en otro de los iconos imperecederos del cine de terror.

Una fuerza del mal que camina lentamente pero que nunca descansa, tan desconocida como imbatible, que encuentra a la horma de su zapato en la final girl por antonomasia, la primera y genuina scream queen, la joven Laurie Strode (Jamie Lee Curtis). 40 años después, los dos vuelven a encontrarse (ignorando todas las secuelas entre medias), demostrando que Laurie y Michael son los dos arquetipos por antonomasia de víctima y asesino, condenados a encontrarse y enfrentarse hasta que uno de los dos muerda el polvo definitivamente.

59. The Wicker Man (1973)

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Director: Robin Hardy

Sutil y seductora, su guión (de Anthony Schaffer) es una perversa y astuta subversión constante de expectativas, mientras se va cocinando a fuego lento un desenlace apabullante.

Detrás del artificio del encanto del folclore pagano de la comunidad liderada por Lod Summersisle (un Christopher Lee inmenso) se esconde un horror que escapa a toda comprensión. Una obra maestra fascinante, sugerente, morbosa y provocativa.

60. Rosemary’s Baby (1968)

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Director: Roman Polanski

La adaptación de la novela de Ira Levin es una de las mejores películas de Polanski y una de las más aterradoras de todos los tiempos, especialmente por todo lo que «no se ve» en pantalla. Una joven pareja se muda a una edificio de apartamentos de Nueva York donde también reside un culto de adoradores del Diablo que quieren usar a la pobre Mia Farrow como receptáculo para la semilla de Satanás.

La ceremonia en la que Rosemary es violada por el Diablo mientras el resto de los vecinos/acólitos observan gozosos es una de las más terroríficas y desagradables de la historia del cine.

61. Seconds (1966)

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Director: John Frankenheimer

Posiblemente la mejor película de su director, Seconds es un film injustamente infravalorado y olvidado, lapidado en su momento por la crítica y que tampoco funcionó bien en taquilla. Considerado como el cineasta de la paranoia política, Frankenheimer aplica aquí a la paranoia un punto de vista existencial, perfecto para tratar el tema de la identidad, clave de la historia. Los memorables títulos de crédito de Saul Bass y la tétrica música de órgano de Jerry Goldsmith acentúan si cabe aún más su tono terrorífico.

¿Si se despoja a un individuo de su aspecto físico y de todo lo que envuelve su vida, deja de ser él mismo? Aparte de lo interesante del tema que aborda y las preguntas que deja en el aire, la asfixiante y barroca puesta en escena y la sensación constante de paranoia e inestabilidad se ven perfectamente manejadas por el modernísimo estilo de rodar del director, que cuenta con la entrega absoluta de un Rock Hudson alejado de sus habituales papeles de galán.

62. Haute Tension (2003)

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Director: Alexandre Aja

Abanderado en su momento de una serie de jóvenes directores que inauguraron la nueva ola del cine de horror francés, esta película y el glorioso remake que realizó de Las Colinas tienen ojos de Craven en 2006 hicieron de él una promesa que, desgraciadamente, fue languideciendo con el tiempo. Sin embargo, Haute Tension (titulada Alta Tensión en España y El despertar del miedo en México y Venezuela) fue premiada en numerosos festivales y es uno de los mejores survivals que se hayan rodado nunca.

Con una sucia puesta en escena, una ambientación cuidada al detalle y un ritmo trepidante, la película es un auténtico festival de brutalidad gráfica y terror psicológico, con una Cécille de France magistral y un giro final que continúa dividiendo a sus seguidores.

63. The Silence of the Lambs (1991)

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Director: Jonathan Demme

La adaptación de la novela de Thomas Harris recibió un elegante tratamiento casi operístico de manos de Demme, que buceó en las psiques de todos los personajes, desde una agente Sterling que busca liberarse de su condicionado deseo de seguridad y dominio masculino, hasta el «encantador» Doctor Lecter, un inconmensurable Anthony Hopkins que se come (literalmente) la pantalla cada vez que aparece.

Thriller elegante, preciso, vibrante, terrorífico, dirigido con mano maestra y que se convirtió en una de las películas del año, de la década de los 90 y del Cine, con mayúsculas. Tuvo también el honor de ser la tercera película en recibir los cinco premios principales en la ceremonia de los Óscars. Y nos regaló un personaje para la posteridad, el sibarita psiquiatra caníbal Hannibal Lecter, que sería años después encarnado por Mads Mikkelsen en una serie de televisión que ofreció una reinterpretación aún más interesante si cabe del personaje, añadiendo nuevas capas de complejidad al mismo.

64. Martyrs (2008)

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Director: Pascal Laugier

Cine hecho por y para las vísceras, con una magnífica coreografía de la violencia y un gusto exquisito por la fotografía. El verdadero argumento de la película es la propia estética y belleza de la violencia, extrema, cruda, realista, difícil e incomoda de ver. La polémica la acompañó desde su estreno y, desde luego, no es apta para todo el mundo, pero es innegable que es un ejercicio de valentía cinematográfica y que es imposible que deje a nadie indiferente.

Transgresora, reaccionaria, radical e inteligente, pocas películas son capaces de hipnotizar y estremecerte al mismo tiempo. Sinceramente, es una película que me alegro de haber visto, pero que no quiero volver a ver nuevamente.

65. The Texas Chainsaw Massacre (1974)

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Director: Tobe Hooper

Básica en su brutalidad pero de una despiadada eficiencia, no ha perdido ni un ápice de su atemporal agresividad y su descarnado reflejo de los horrores que los seres humanos pueden infligirse unos a otros.

Un logro innegable dentro del género de terror, demasiado desagradable para ser «disfrutado» pero con el mérito de habernos regalado a uno de los iconos del cine de terror más espantosos de todos los tiempos: Leatherface (Cara de Cuero). Junto con Psicosis, la película que sentó las bases para el género slasher.

66. Ringu (1998)

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Director: Hideo Nakata

Una cinta de vídeo que mata a todo aquel que la ve. Una mujer joven de cabello largo y negro que sale de la televisión retorciéndose y que camina lenta pero inexorablemente hasta alcanzarte y acabar con tu vida. Un clásico del terror nipón que fue adaptado con éxito al mercado americano en 2002 por Gore Verbinski, que se centró más en la investigación sobre los orígenes de la cinta y sus imágenes.

El Ringu original se apoya en las hipnóticas imágenes y en la extraña inquietud de los sucesos inexplicables, sin importarle demasiado la lógica de la historia. Es una de las películas de terror japonesas más rentables de todos los tiempos y una de las más aterradoras de género.

67. House on Haunted Hill (1959)

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Director: William Castle

Una de las películas más famosas de Castle (que utilizó todo tipo de extravagantes trucos durante la proyección para asustar al público) y una de las historias de casas embrujadas más famosas que se han llevado a la pantalla. Cuenta con un remake y, recientemente, una exitosa reinterpretación en forma de serie de televisión gracias a Netflix.

Sin embargo, si no fuera por la carismática presencia de Vincent Price, la película se quedaría en una modesta propuesta de serie B que, eso sí, ha influenciado a muchísimas obras posteriores.

68. Friday the 13th (1980)

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Director: Sean S. Cunningham

Aunque salga perdiendo en comparación con otros grandes clásicos del género, fue pionera en cierta forma del terror contemporáneo y del slasher, aunque Jason Voorhees (y no digamos su madre) nunca llegó a la altura de Michael Myers, Freddy Krueger y Leatherface.

Eso sí, el asesino de la máscara de hockey de Crystal Lake tiene el mayor número de secuelas de una franquicia de terror, incluyendo un crossover con Freddy y un fallido remake en 2009.

69. El Orfanato (2007)

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Director: Juan Antonio Bayona.

Efectiva y entretenida película, fue un tremendo éxito que se vio respaldado por una potente e inteligente campaña de marketing.

Concebido como un mosaico (demasiado) referencial de aspecto hollywoodense que es capaz de gustar a todo tipo de público, el filme se eleva gracias a la potente dirección de Bayona (y a su fe ciega en el material que tiene entre manos) y a la estupenda interpretación de Belén Rueda, ya que su desarrollo no destaca precisamente por su excesiva originalidad.

70. À l’intérieur (2007)

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Director: Julien Maury y Alexandre Bustillo

El nuevo cine de terror francés tiene uno de sus títulos clave en À l’intérieur, una dura y sangrienta película que llega a ser difícil de ver en muchos momentos. Dos mujeres enfrentadas con una furia salvaje en una batalla llena de gore en la que los objetos cotidianos (esas tijeras…) se convierten en armas de destrucción masiva.

La maternidad, el dolor y la culpa son los temas principales de este tour de force por el que las dos actrices protagonistas fueron galardonadas en el Festival de Sitges.

71. The Babadook (2014)

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Directora: Jennifer Kent

Esta película, clásico instantáneo del cine de terror, cuenta con uno de los villanos más memorables de los últimos años. Con un aspecto escalofriante, es un monstruo sobrenatural del que no puedes deshacerte una vez descubres su existencia. Sin embargo, este ser atormenta a sus víctimas con un propósito: explorar cómo afrontan sus propios demonios internos.

La película no necesita de elaborados efectos especiales ni de litros de sangre para tenernos en tensión durante todo su metraje. Atmósfera inquietante, terror psicológico, estética inspirada en el expresionismo alemán y su marcado simbolismo hacen de ella una pequeña joya.

72. Saw (2004)

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Director: James Wan

Nacida como una película independiente de bajo presupuesto de James Wan y Leigh Whannell, nadie imaginaba en aquel momento que se convertiría en una (estirada) franquicia y que convirtiera a Jigsaw en el nuevo villano de moda del cine de terror.

Su intrincado guión y su maravillosa narrativa transformó la forma de narrar el terror. Su final impredecible y sorprendente hacen de esta película una pequeña joya del cine de género reciente.

73. The Cabin in the Woods (2012)

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Director: Drew Goddard

El brillante guión de Goddard y Joos Whedon es una fantástica, incisiva e inteligente deconstrucción del cine de terror. La inquietud del espectador por saber lo que va a suceder a continuación es el mayor encanto de la película, pero lo importante es llegar a ella sabiendo lo menos posible de su argumento.

Sólo así puede disfrutar en su totalidad de esta fascinante experiencia cinematográfica que utiliza todos los clichés del género para subvertirlos, utilizando un humor muy medido pero no escatimando en sangre, vísceras y sustos. La película perfecta para el verdadero aficionado al género.

74. Candyman (1992)

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Director: Bernard Rose

Aunque sea un brutal asesino y un espíritu de venganza, Candyman (encarnado por Tony Todd) tiene un pasado especialmente trágico en comparación con la mayoría de los iconos del terror. La película provocó pesadillas en miles de adolescentes en los años 90 adaptando una historia de Clive Barker, concretamente The Forbidden, una de las historias de su novela Libros de Sangre.

La actuación de Virginia Madsen y una atmósfera malsana hacen de ella una de las mejores películas del género de la época y un clásico. Realidad y fantasía se dan la mano para diseccionar la psique de una nación que aún no se ha reconciliado con los errores de su pasado.

75. Jeepers Creepers (2001)

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Director: Victor Salva

Esta road movie sobrenatural sobre dos jóvenes atormentados por un extraño ser antropófago nació como un proyecto independiente de bajo presupuesto y se convirtió, además de un éxito de taquilla, en una película de culto.

The Creeper, el monstruo que sale cada 23 años durante 23 días a alimentarse de partes del cuerpo de seres humanos, escoge a sus víctimas por el olfato y todo lo que come se convierte en parte de él, siendo prácticamente inmortal durante su período de alimentación.

76. The Thing (1982)

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Director: John Carpenter

Remake de The Thing From Another World (1951) de Christian Nyby, es otro claro ejemplo de nueva versión que supera (y por mucho) a la original. Una de las mejores películas de Carpenter, hoy es un clásico de culto, pero cuando se estrenó recibió un gran varapalo por parte de la crítica y tuvo que competir en taquilla con E.T., lo que hizo que su recaudación no fuese tan buena como se esperaba. Con el paso de los años, el tiempo la ha colocado en el lugar que merece y es considerada una de las películas más terroríficas de la historia.

La música de Enio Morricone, los efectos de Rob Bottin y Stan Winston y un Kurt Russel en estado de gracia hacen de esta película una auténtica experiencia cinematográfica. La atmósfera conseguida por Carpenter durante toda la película, culminando en ese mítico y descorazonador final abierto, hacen que estemos hablando, no sólo de una de las mejores películas de terror y ciencia ficción de todos los tiempos, sino de una obra maestre del cine en general.

77. The Mist (2007)

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Director: Frank Darabont

Basado en la novela corta de Stephen King, la estupenda adaptación de Darabont dividió a muchos por su brutal e intenso desenlace, que te deja clavado en la butaca. De forma realista y aterradora, el director nos cuenta cómo el miedo y la desesperación transforman a un grupo de personas en seres tan terribles como los que habitan dentro de esa misteriosa niebla que se cierne sobre ellos, que parece sacada de una película de ciencia ficción antigua (en el buen sentido).

Lo importante de esta película no es la Niebla, como ente monstruoso e inexplicable, sino una mirada sin concesiones al lado más temible y estúpido del ser humano.

78. The Sixth Sense (1999)

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Director: M. Night Shyamalan

Aunque todo el mundo la recuerde especialmente por su sorprendente giro final, la película que catapultó a Shyamalan es una elegante disección sobre el dolor y la pérdida, mezclando elementos realistas y sobrenaturales con gran brillantez, siempre con el humanismo con el que el director impregna sus obras y sus personajes.

Historia de fantasmas, thriller sobrenatural, drama… lo tiene todo y todo contado de una manera precisa y delicada, a pesar de los sobresaltos de horror que inundan la película.

79. The Visit (2015)

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Director: M. Night Shyamalan

El recurso del found footage es aquí utilizado como una forma de exteriorizar las heridas internas de todos los personajes.

Una dirección muy equilibrada y precisa y un estupendo trabajo de actores hacen de esta mezcla de terror, comedia y drama una estimulante propuesta que, como es habitual en su director, dividió al público. Unos no comulgaron con su autoconsciente juego metacinematográfico, mientras la mayoría disfrutamos con su ácida deconstrucción de diferentes tópicos del cine de terror.

80. Dressed to Kill (1980)

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Director: Brian De Palma

Thriller esencial de los años 80, no lo suficientemente valorado, es una obra maestra absoluta de su director por múltiples motivos. Los movimientos de cámara perfectamente ejecutados para crear en todo momento un estado de ánimo, el uso del espacio y el tiempo cinematográficos, la desvergonzada y brillante mezcla de géneros, su mirada macabra y divertida, el intenso impulso creativo que está presente en todos y cada uno de sus fotogramas… Podemos seguir y no acabaríamos.

Anticipó en cierta forma muchos de los thrillers eróticos de los años 90, pero de forma mucho más salvaje e intensa, indagando en los recovecos más oscuros y retorcidos de la mente humana de manera furiosamente audiovisual y dinámica. Instinto Básico (1992) homenajeaba la famosa secuencia del ascensor y no deja de ser una especie de continuación temática y estilística de esta película.

81. Gremlins (1984)

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Director: Joe Dante

Pudiendo entrar también en cualquier lista de cine navideño y cine familiar, su violencia y humor negro la han convertido en un clásico de culto.

Con guión de Chris Columbus (inspirado por el ruido que hacían los ratones en su apartamento por la noche) y producida por Spielberg, Gremlins es una mezcla perfecta de comedia negra y terror, con un lado salvaje y ácido demasiado oscuro para el público infantil pero que no impidió que se convirtiera en un éxito y muchos la recordemos como una de las películas que más nos marcó de pequeños.

82. Donnie Darko (2001)

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Director: Richard Kelly

Ésta es una de esas películas que cumplen todas las condiciones para convertirse en una película de culto y con el tiempo ha conseguido una legión de fans que continúan buscando diferentes lecturas a su misteriosa trama.

Hay quien ve en ella una parábola sobre realidades paralelas (la teoría más extendida) y su guión, escenografía, iconografía y ritmo funcionan a la perfección y atrapan nuestra atención en todo momento. Es una película que se sabe diferente y se muestra orgullosa de ello. Según el conejo Frank, el mundo terminará en 28 días, 6 horas, 42 minutos y 12 segundos.

83. Misery (1990)

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Director: Rob Reiner

Una de las mejores adaptaciones de Stephen King y probablemente su mejor novela, la ausencia de elementos sobrenaturales y el juego metaliguístico de su historia, con esa relación enferma y psicopática entre los protagonistas (soberbios Kathy Bates y James Caan) hacen de ella el retrato perfecto de una obsesión, la de la fan fatal Annie Wilkes.

Terror psicológico de lujo con una tensión perfectamente dosificada y una desasosegante sensación de crueldad que nos hace sufrir (y disfrutar) de lo lindo con este macabro juego del gato y el ratón.

84. Suspiria (1977)

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Director: Dario Argento

La obra maestra de su director es una febril ensoñación en technicolor plagada de violencia estética y un diseño de producción operístico que la convierten en el máximo exponente del género Giallo. Suntuosa, frenética, con una banda sonora maravillosa, encumbró a su director a los altares del género de terror. Un perverso viaje que nos lleva a una prestigiosa academia de danza donde se esconden un antiguo y siniestro clan de brujas. Una experiencia de inmersión visual y auditiva para reflejar que el mal se esconde en cada esquina.

En 2018 se estrena una nueva versión dirigida por Luca Guadagnino (Call me by your name).

85. Train to Busan (2016)

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Director: Yeon Sang-ho

Una de las mejores películas de zombis jamás realizadas que va directa al grano (o sea, a la sangre) y que se permite de paso una crítica hacia los estamentos de poder y hacia el propio ser humano, que en vez de unirse contra un enemigo imparable, se deja llevar por el miedo y la ignorancia.

Un viaje emocional lleno de muerte, pero que no abusa del gore, y un apasionante entretenimiento.

86. Invasion of the Body Snatchers (1978)

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Director: Philip Kaufman

Revisitación del clásico de Don Siegel de 1956, la inteligente y respetuosa versión de Kaufman se adapta a los nuevos tiempos con un nuevo enfoque e importantes detalles que enriquecen aún más la ya de por sí fascinante premisa original, siendo un preciso reflejo de la época y la sociedad del momento en que está rodada.

La atmósfera angustiosa y opresiva, la paranoia que se desata entre los protagonistas (estupendos todos y cada uno de los actores), el tratamiento realista de la historia y un clímax memorable (y aterrador) hacen de ella una de las obras cumbres del género y un clásico con mayúsculas del séptimo arte.

87. The Witch (2016)

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Director: Robert Eggers

Un tenso y atmosférico retrato sobre la paranoia religiosa de principios del S. XVII. Un exquisito sentido de los detalles de época en el vestuario, el entorno y el lenguaje vernáculo.

En la superficie, una película de terror; en el fondo, una reflexión sobre el dominio del hombre sobre las mujeres y la represión de la sexualidad e independencia femenina.

88. Child’s Play (1988)

chucky

Director: Tom Holland

La originalidad de esta película no reside en el hecho de que el origen del miedo sea un muñeco infantil (pediofobia), sino en convertirle en un asesino en serie. Chucky se encumbraría como otro icono pop más dentro de la lista de los phsyco killers inspiradores de secuelas, pero esta primera entrega sería la mejor de todas.

Película de suspense y terror a partes iguales, sigue funcionando a pesar del tiempo y la voz de Brad Dourif continúa provocando mal rollo.

89. IT (2017)

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Director: Andrés Muschietti

Lo que hace de It una de las novelas esenciales de Stephen King (y uno de sus mejores libros) no es sólo la presencia del perturbador payaso Pennywise, sino su realista y maravilloso acercamiento a la pubertad, con sus ansiedades, miedos e inseguridades. Lo importante aquí son sus personajes, jóvenes de carne y hueso que nos resultan creíbles en todo momento y a los que acompañamos por este terrorífico y perturbador viaje mientras buscan hacerse con las riendas de su destino.

Aunque hayamos elegido la versión estrenada en 2017, gran éxito de crítica y público, no podemos olvidar la famosa miniserie de 1990, donde Tim Curry encarnaba a un Pennywise que nos atrevemos a decir que es incluso más perturbador que el de Bill Skarsgård en la nueva versión. Para gustos, los colores…

90. Christine (1983)

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Director: John Carpenter

Y seguimos con King, acompañado esta vez por el maestro Carpenter. Los dos creadores repiten varias veces en nuestra lista, pero es que ambos son, cada uno en su campo, dos grandes Maestros del Horror. Aunque esta película sea un Carpenter «menor», ya es mucho mejor que la mayoría de las modernas propuestas de terror prefabricado que nos intentan vender cada poco tiempo.

Sn embargo, un tratamiento un poco decepcionante de la historia y el anteponer el efectismo a lo inquietante hacen de ella una película a medio gas que no llega a la altura de las expectativas. Eso sí, ver a Christine «regenerarse» es toda una delicia (los efectos visuales siguen sorprendiendo a pesar del tiempo) y la meticulosa selección de música de los años 50 se convierten en la voz y conciencia del maligno coche.

91. The Hitcher (1986)

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Director: Robert Harmon

El John Ryder encarnado por un colosal Rutger Hauer es lo mejor de esta película de bajo presupuesto que, pesar de tener una premisa no demasiado original, logra transmitirnos miedo y tensión con cada una de las escenas de persecuciones y violencia en un escenario tan simple como una carretera en medio de la nada.

Un clásico imprescindible para los amantes del buen thriller, del cine de suspense y del terror psicológico.

92. What Ever Happened to Baby Jane? (1962)

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Director: Robert Aldrich

Cuando Bette Davis y Joan Crawford se reunieron para trabajar por primera vez juntas, la película se convirtió en el punto álgido de una mítica rivalidad que extendió a lo largo de los años, aunque también revitalizó la carrera de ambas actrices.

Esta obra maestra del horror gótico tuvo un rodaje tremendamente difícil, pero esta historia de dos hermanas que tuvieron sus años de gloria pero que han caído en el olvido se ha convertido en un clásico de la historia del cine. El odio, el rencor, el ego que traspasan la pantalla hacen de esta batalla campal entre las dos actrices una experiencia tremendamente disfrutable.

93. Village of the Damned (1960)

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Director: Wolf Rilla

A partir de una novela de John Wyndham, se nos narra un cuento de auténtica pesadilla donde el terror tiene forma de niños. La angustia y el miedo a lo desconocido que se van apoderando del pueblo sirven como reflejo de esta metáfora sobre la eterna guerra entre generaciones.

Un pequeño gran clásico donde los pocos recursos se utilizan de forma brillante y donde la tensión va en aumento hasta el estupendo desenlace.

94. The Changeling (1980)

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Director: Peter Medak

Esta película es un caso ejemplar del subgénero de fantasmas y casas embrujadas. Una de las cosas más curiosas es que el 90% del guión está basado en las vivencias reales de Russel Hunter, autor de la novela en la que se basa. Todo se desarrolla de una forma razonable, coherente y efectiva, sin efectos especiales más allá de objetos que se mueven y voces que aparecen en grabaciones de audio.

Suspenso, misterio, terror y un excelente reparto encabezado por un grandioso George C. Scott hacen de The Changeling un clásico que ha influenciado a innumerables películas posteriores.

95. Cat People (1942)

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Director: Jacques Tourneur

Basada en el cuento de Val Lewton «La Bagheeta», la historia sigue a un estadounidense que se enamora de una inmigrante serbia que tiene la creencia peculiar, basada en las leyendas de su pueblo natal, de que se convertirá en una gata salvaje cuando esté excitada sexualmente. A pesar de que esta creencia complica su relación, acaban casándose, pero cuando él comienza a enamorarse de una compañera de trabajo, se desata inevitablemente la transformación de la protagonista.

Película de horror inusual, nunca vemos en pantalla la transformación de Irene, que no se produce por voluntad propia, sino realmente debido al hecho mismo de verse excitada sexualmente. Los peligros del sexo y la seducción, el divorcio, las mujeres fatales y la enfermedad mental… todo está en esta película, que juega sabiamente con sugerir, más que mostrar, pero que consigue crear una atmósfera inquietante que nos seduce y nos aterroriza al mismo tiempo.

96. Cat People (1982)

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Director: Paul Schrader

El remake de Schrader traslada la acción de la película original de Nueva York hasta Nueva Orleans, sumándole una relación incestuosa entre hermanos y manteniendo el sexo como principal motor de la historia, aunque de una manera más gráfica y visceral. La mezcla de lujuria y violencia que experimenta el personaje de Nastassja Kinski era algo impactante para la época, por venir de una mujer. La infantilidad de su personaje, previa a su despertar sexual, hace que el personaje se vea siempre dominado o influenciado por los deseos de los hombres, más que por los de ella propia.

La transformación de Irene en pantera exigió los efectos especiales más sofisticados de la época. Su ambiente turbio y su sugerente y erótica puesta en escena hacen de ella una película a reivindicar, tanto dentro de la interesante filmografía de su director, como también dentro del género.

97. Braindead (1992)

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Director: Peter Jackson

Una de las primeras películas de su director, donde su estilo se caracterizaba por una experimentación sin frenos y con la libertad que otorgaba tener un bajo presupuesto. Su fagotización por la maquinaria de Hollywood nos regaló la trilogía de El Señor de los Anillos, pero acabó por echar a perder el carácter gamberro, desinhibido y salvaje de sus primeros tiempos.

Braindead (conocida también como Dead Alive) es una película muy de su época que bebía de un montón de referentes para ofrecernos una historia sucia, macabra, cómica y terrorífica al mismo tiempo, una visión descarnada y humorística pero respetuosa del concepto zombi.

98. Eraserhead (1977)

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Director: David Lynch

Arriesgado debut en la dirección de Lynch, esta inclasificable película es al mismo tiempo una delirante película de terror surrealista y un experimento paródico absolutamente personal.

Parábola sobre la paternidad o metáfora sobre la imposibilidad de ser feliz en un mundo miserable, Eraserhead apunta ya todas las características del universo de su creador, como su gusto por el humor, el surrealismo y lo onírico.

99. Funny Games (1997)

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Director: Michael Haneke

Dos jóvenes psicópatas de aspecto «normal» entran en el hogar de una familia acomodada y les someten a una serie de enfermizos juegos y torturas de todo tipo, mientras se dirigen constantemente a la audiencia, apelando a la complicidad del público y haciéndoles partícipes de los horrores que se ven en pantalla. En el fondo, una crítica a una audiencia que disfruta de la tortura y el sufrimiento ajeno como entretenimiento.

Brillante, enfermiza, provocadora, nihilista, la película pretende ser una terrorífica fábula moral sobre la influencia de la violencia en nuestra sociedad.

100. Possession (1981)

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Director: Andrzej Zulawski

Isabelle Adjani declaró que necesitó años de terapia para recuperarse del desgaste físico y emocional derivado de rodar esta película, un histérico drama doméstico sobre obsesiones sexuales, atracción por la muerte y falta de autoestima.

Controvertida, censurada, excesiva, violenta… toda una experiencia cinematográfica.

101. Re-Animator (1985)

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Director: Stuart Gordon

Basada en el relato de H.P. Lovecraft «Herbert West, Reanimator», esta película de culto entre los fans del gore, combina genialmente el terror y la comedia con muy solventes efectos de bajo presupuesto.

El mítico Jeffrey Combs encarna al doctor West, un estudiante de medicina transferido de Europa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Miskatonic para seguir desarrollando su suero de reanimación corporal. Como es de esperar, los experimentos se escapan de su control, con funestas consecuencias para él y para su compañero de piso.

102. Videodrome (1983)

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Director: David Cronenberg

No es nada fácil tener que seleccionar entre la filmografía del director canadiense, repleta de títulos tan interesantes que se adscriben al género fantástico y/o de terror como The Dead ZoneScanners, Dead Ringers e incluso The Naked Lunch. Todas ellas merecerían estar en esta lista, pero si nos decantamos por Videodrome es por su condición de clásico de culto del cine fantástico y por ser uno de los máximos exponentes de su filosofía de la «nueva carne».

Turbadora, enfermiza, sucia y terrorífica. La habitual degradación y transformación de los personajes de Cronenberg (que sufren porque se resisten a aceptar lo inevitable) sirven para hacer una crítica de cómo nos afecta ver determinados contenidos a través de la televisión y la influencia de la violencia y el sexo en nuestra sociedad.

103. You’re Next (2013)

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Director: Adam Wingard

Discreta pero contundente película de terror que se adscribe al subgénero de allanamiento de morada o invasión doméstica (home invasion), este retorcido y macabro juego del gato y el ratón está lleno de sorpresas y tiene en su ácido humor una de sus mejores bazas.

En el fondo, no es más que una desenfada y desvergonzada comedia de terror, con un carácter sádico y juguetón que la hace tremendamente disfrutable, especialmente porque no se toma demasiado en serio a sí misma.

104. Demons (1985)

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Director: Lamberto Bava

Producida por Dario Argento, el hijo del mítico Mario Bava consiguió con Demons una de esas películas de culto que los aficionados reivindicamos gracias a su naturaleza traviesa, jugando con los estereotipos del género y desvistiéndolos de clasicismo a favor del terror más descarado. Su autoconsciencia, sus limitados medios y su falta de pretensiones hacen de ella un malsano divertimento con un tramo final tan escabroso como imposible de olvidar.

Su espíritu trash, su excesivo gore y el abrazar abiertamente su naturaleza de película de género la han convertido en una película mítica cuya única finalidad es la de hacer disfrutar a los espectadores. Y vaya si lo consigue.

105. When a Stranger Calls (1979)

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Director: Fred Walton

Un asesino atormenta a una niñera por teléfono en una de las secuencias de apertura de una película más espeluznantes de la historia del cine. Años más tarde, un investigador obsesionado con el asesino se encarga de seguirle cuando escapa del manicomio donde estaba encerrado.

El momento en que Carol Kane (y los espectadores) se dan cuenta de que la llamada está realizada desde dentro de la casa es para no olvidar.

106. El espinazo del diablo (2001)

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Director: Guillermo del Toro

La primera incursión del realizador mexicano en el cine español fue un crudísimo e interesante acercamiento al tema de la Guerra Civil con un tratamiento de fábula contada a través de los ojos de los niños, como ocurriría en su posterior (y también magnífica) El Laberinto del Fauno (2006).

Historia sencilla relatada a modo de cuento gótico plagado de fantasmas (reales o no) que trata sobre la venganza y la pérdida de la inocencia de un grupo de inocentes niños que sufren los traumas de la guerra, que deja heridas abiertas que acompañan toda la vida.

107. ¿Quién puede matar a un niño? (1976)

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Director: Narciso Ibáñez Serrador

Una de las propuestas más modernas y arriesgadas de toda la historia del género en España y que se ha convertido con el paso del tiempo en película de culto para diferentes generaciones.

Su universo cerrado de ambiente tenso y claustrofóbico esconde una metáfora de nuestro futuro y una alegoría de nuestra sociedad: los niños tienen sobradas razones para rebelarse contra los adultos. El que la película siga funcionando a día de hoy se debe principalmente al inteligente y desprejuiciado empleo de la violencia realista por parte del director, mostrando temas habitualmente tabúes (y más en esa época), pero sin caer en lo morboso y lo gratuito.

Fuente: https://www.superaficionados.com/

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