Edición original: Future State: Immortal Wonder Woman núms. 1-2 USA
Edición nacional/España: ECC Ediciones
Guion: Becky Cloonan, Michael Conrad, L.L. McKinney.
Dibujo: Jen Bartel, Alitha Martinez.
Entintado:Jen Bartel, Mark Morales.
Color: Jen Bartel, Emilio López
Traducción: Francisco San Rafael Simó
Formato: Rústica, 96 págs. A color.
Precio: 8,50 €
“y mirarán a las estrellas y volverán a soñar”
Diana Prince se deja ver en este Estado Futuro, iniciativa donde la amazona no ha tenido un papel predominante (en favor de Yara Flor) motivado por el final de Death Metal, cómic en el que el personaje queda relegado tras protagonizar la batalla definitiva contra el Batman que ríe. Esta historia transcurre al final de los tiempos, volviendo a ver a la otrora reina de Themyscira ser el faro de esperanza que siempre fue.
La guionista Becky Cloonan cuenta con bagaje dentro del cómic americano, con acercamientos a Punisher formando equipo con Steve Dillon o trabajos en Academia Gotham o el sello Vertigo con American Virgin junto a Steven T. Seagle, autor de la excelente Es un pájaro… . Michael W. Conrad, el otro guionista implicado, ha participado con la editorial en Action Comics. Escritor al que ya pudimos leer en este Future State en la historia secundaria dedicada a Midnighter incluida en Estado Futuro: Superman.
El cómic no ofrece ninguna respuesta sobre el paradero y estatus de Diana tras Death Metal. La heroína vaga por el planeta como si su papel como ser de poder inimaginable no hubiera ocurrido nunca. Tampoco hay un marco sobre hechos recientes o el ocaso de los héroes, la extinción de la humanidad o la muerte de toda vida en la Tierra. Sin contexto, divagamos por los recuerdos de la amazona con una narración hasta cierto punto poética, la mujer discurre sobre los errores de la humanidad recordando con melancolía un pasado mejor. En medio de su ensoñación, Wonder Woman con batcinturón incluido, como si se tratase de la encarnación de Daniel Warren Johnson, atisba un problema en las estrellas.
Big Barda, Orión, Superman o Darkseid aparecen en la historia, con un señor de la antivida resignado ante el destino de Apokolips. Al final de los tiempos las cosas no han cambiado para Diana y Clark que luchan contra su eterna amenaza, Darkseid.
Una trama crepuscular e íntima, no especialmente inspirada, que quizás sí tenga cierta capacidad de emocionar, es la que podemos encontrar en Wonder Woman Inmortal.
Del dibujo se encarga Jen Bartel, la ganadora del Eisner a mejor portadista entrega un arte muy atractivo visualmente, con debes en las proporciones de las figuras, especialmente las referentes a Darkseid. En ocasiones las escenas de acción se sienten un tanto estáticas pero el conjunto y acabado es fantástico, con buenas expresiones faciales que dotan de sentimiento el guion del cómic. Se colorea a sí misma siendo también excelsa su labor en este aspecto consiguiendo crear una gran atmósfera conveniente a cada situación.
L.L. McKinney al guion y al dibujo Alitha Martinez se ocupan de la otra amazona que se deja ver en el tomo, Nubia, que se enfrenta a Grail (Darkseid está muy presente en el libro). El Estado Futuro de la Wonder Woman de ébano tiene un claro carácter de presentación del personaje. Su entorno y vida son expuestos dando a conocer a la valerosa heroína.
Una trama llena de mitología amazona, magia y museos es la que podemos leer en un cómic donde Nubia demuestra todo su potencial. Circe, como era esperable ante esta descripción, tendrá su lugar en la historia. En las presentaciones de personajes siempre hay secretos sin desvelar, a explorar en un futuro, creando el suficiente interés por esta Wonder Woman y su próxima miniserie, cuya publicación en USA ya se ha producido, podéis leer la reseña correspondiente aquí.
McKinney publica su primera novela en 2018 titulada A Blade So Black primera de una trilogía, inspirada por Alicia en el país de las maravillas. Autora de Nubia: Real One, ya ha trabajado con el personaje, pero no tiene un bagaje real en el noveno arte, siendo otra de las principiantes manos que se ocupan de un título en Estado Futuro. La autora cumple sobradamente con una historia sencilla y bien escrita que expone a la amazona creada en 1973.
Alitha Martinez comenzó a destacar dibujando a Iron Man o Los Cuatro Fantásticos para Marvel, en DC se la ha podido ver en Batgirl o participando en la reciente Frontera Infinita. Su trazo tiene un buen sentido de la narrativa y del movimiento, con grandes secuencias de acción, entregando un arte que no deslumbra pero que cumple sobradamente, más apreciable al leer el cómic que al ojearlo por primera vez. En ocasiones sus formas carecen del detalle esperable pero no es ni habitual ni excesivamente incómodo. Del color se ocupa Emilio López que opta por tonos apagados, dando personalidad propia, pero contrastando con la mayoría de títulos de la iniciativa, incluido con quien comparte libro.
Wonder Woman Inmortal deja una historia final de Wonder Woman, Diana, y una historia casi de presentación de Wonder Woman, Nubia. La segunda deja mejor sabor de boca que la primera, la mujer resulta interesante, también lo poco que nos muestran de su entorno e idiosincrasia, una medida información dada al lector que lo pospone (y predispone) a futuras lecturas de Nubia. La trama de Diana trata de emocionar y representar correctamente a la heroína (esto último lo consigue), pero sus autores no logran la brillantez necesaria para que una historia de este tipo convenza. Los pensamientos y monólogos interiores de la última amazona en la Tierra carecen de la fuerza necesaria o de una reflexión lo suficientemente inteligente que consiga anclar el interés de una historia que quiere poner en valor las principales características de la Mujer Maravilla.
Un tomo que aúna un homenaje y una tradicional historia de presentación. Ninguna de las tramas es especialmente valiosa entregando un cómic común, de calidad aceptable, pero poco destacable.
Fuente: https://www.zonanegativa.com/